Para la exhibición "Flores en el Arte del Siglo XX y XXI", Eiko Ishibashi y Jim O'Rourke crearon la instalación 'Lifetime of a Flower' (Vida de una Flor). En esta obra, establecieron parámetros pero permitieron que el proceso creciera de manera incontrolable. Literalmente: en el jardín de su casa en Japón, plantaron semillas y filmaron el crecimiento y florecimiento de la planta durante la duración de la exposición. Los visitantes pudieron presenciar el flujo en tiempo real y escuchar una composición en la que Ishibashi y O'Rourke reflejaban el proceso orgánico en sonido. La composición epónima, ahora disponible en disco de vinilo, es una capa enigmática y sofisticada de sonidos, melodías y ritmos, ruidos de la vida cotidiana, todos los cuales son repositorios de asociaciones, recuerdos y expectativas.