Edición LEVITATION del lanzamiento Voyager to Voyager
Dead Meadow lanza su esperado décimo álbum de estudio, Voyager to Voyager, marcando un momento definitorio en sus 26 años de trayectoria. Desde finales de los 90, la banda ha sido un referente del rock psicodélico pesado, y en esta ocasión entrega su trabajo más emotivo y expansivo hasta la fecha. El disco también funciona como un homenaje a su compañero y bajista Steve Kille, quien falleció en abril de 2024 tras una batalla contra el cáncer, cerrando un capítulo significativo en la historia del grupo.
Grabado en tres intensas sesiones en Ultrasound Studios, en el centro de Los Ángeles, el álbum captura la energía cruda y la química creativa de la banda. El proceso se centró en preservar la inmediatez de sus presentaciones en vivo, utilizando principalmente primeras o segundas tomas. Sin embargo, la producción estuvo marcada por la enfermedad de Kille, diagnosticado con cáncer a inicios de 2024, semanas antes de la última etapa de grabación. Aunque su salud empeoraba, estuvo presente durante la mezcla en el legendario Studio 606 de Dave Grohl, aportando su visión creativa incluso desde un sofá durante las sesiones. Insatisfecho con los primeros resultados, Jason Simon decidió remezclar el álbum en su propio estudio, logrando finalmente el sonido clásico de Dead Meadow que buscaban.
Voyager to Voyager conserva la esencia característica de la banda: expansiva, melódica y profundamente conectada con su estilo único, explorando temáticas como el espacio, la soledad y la conexión humana. La canción inicial, “The Space Between”, utiliza la teoría de la expansión del universo como metáfora de relaciones tensas, mientras que el tema homónimo se inspira en las sondas espaciales Voyager, tanto como hazaña humana como símbolo de un mensaje entre viajeros que han emprendido un verdadero recorrido, juntos o separados.
Aunque no es un álbum tributo, la presencia y el legado de Steve Kille impregnan cada nota. Su distintivo estilo de bajo y su visión artística definieron el sonido y la identidad visual de Dead Meadow. Con este lanzamiento, la banda reafirma su lugar en el panteón del rock psicodélico moderno, empujando sus límites sonoros mientras honra el vínculo creativo que los ha unido por casi tres décadas, cerrando un ciclo y abriendo un nuevo capítulo en su viaje cósmico.