Sin temor a equivocarme puedo asegurar que el proyecto oriundo de Ciudad de México, concebido por los hermanos Gerardo y Raúl Ponce, guitarrista/tecladista y baterista/percusionista respectivamente, y nombrado Diles Que No Me Maten en evidente honor a Juan Rulfo, es uno de los mas interesantes y de mejor desarrollo dentro de la actual oferta musical mexicana, pues el quinteto ha editado de 2020 a la fecha tres discos impecables, cada uno de carácter completamente individual y con cualidades claramente identificables, en los que el factor común se reparte entre la improvisación, la experimentación y los desarrollos instrumentales de mediano y largo aliento.
Obrigaggi resulta muy singular dentro de su propio catálogo por dos razones, la primera y mas notoria se encuentra en lo sonoro, siendo compuesto por temas mucho mas discretos que sus antecesores, eliminando casi por completo el uso de guitarras eléctricas y concretando un estupendo equilibrio electroacustico entre el empleo de sintetizadores e instrumentos de aliento como clarinete, trompeta, saxofón, flautas, la segunda causa es que es el primer álbum que no graban bajo la producción de Hugo Quezada en los estudios Progreso Nacional, arriesgándose a grabarlo en un estudio montado en la selva al sur de México bajo la producción de Mateo Sánchez Galán, músico mexicano de electrónica afincado en Berlín, conocido por su proyecto Telemat.
Resalta en todo el disco una suerte de desarrollo orgánico, que se desenvuelve lleno de sutiles obsequios a la escucha atenta, en los que si bien aún encontramos remanentes del rimo motorik, notorio desde sus primeras grabaciones, o elementos de electrónica, estos son pasados por un tamiz y se integran a la perfección al tono calmo, grave y de baja intensidad que permea cada tema de principio a fin, acompañando cantos o palabras recitadas que mas que relatar algo, puntualizan, nombran, claman, entre un brillante bullicio instrumental que lento y silencioso busca mimetizarse entre los modos de la naturaleza.