A casi treinta años de su lanzamiento, el sonido de Nicolas Gogin y Jean-Benoît Dunckel se mantiene en órbita. En pasillos de hotel y salas de espera, al acecho. Prolongando su reinado en los sintetizadores análogos, como debe ser. Ambos integrantes son capaces de crear melodías que van más allá del espacio-tiempo.
Composiciones sencillas, pero no por ello populares, ya que Air se considera una banda de culto. Sin antes mencionar que fueron invitados a cerrar, junto aPhoenix, las olimpiadas de París. Fuera de Europa, son pocos los que conocen su música. Y eso es algo que me da muchísima esperanza.
Si la obra de Miguel de Cervantes y Lucia Berlin fue redescubiertas, también puede ser el caso de Air (ya que la virtud del público/fanático, aparte de nacer, es esperar). El motivo es sencillo, la sociedad actual está experimentando una clase de retroceso. El público consumidor ha decidido alejarse de las tendencias, junto a la velocidad y el nivel de adaptabilidad que esto conlleva. El pop agresivo (para nada progresivo), volátil y sin sentido (que a veces funciona, y en ocasiones hace que una canción destaque). Esto con tal de alejarse del placer tradicional, en busca de uno que siga las pautas del género lounge. Mismo que captura la esencia, no solo de los originarios de Île-de-France, sino también de una cultura en peligro de extinción: La sociedad de la Silla (inspirado en el Cerro de la Silla, ubicado en Monterrey, Nuevo León). La generación que pasa más horas sentada que ninguna otra en la historia de la humanidad. Y no me dejarás mentir. Cuando estás quieto, la vida, y tus pensamientos, se precipitan. Por ello hay que moverse, con estilo. Le voyage de Pénélope es claro ejemplo de ello: lento, suave, etéreo.
Hace tres meses ARTE concert subió a su canal de YouTube una presentación que tuvo Air en el Royal Albert Hall, donde tocaron una versión extendida del álbum. Su voz es confundida con el espíritu. Y eso es lo que hace grande a Air, no necesitan palabras. Todo está ahí: sus beats, arreglos y efectos tridimensionales. En el concierto visten de blanco y, sobre el escenario, se despliega una pantalla rectangular con visuales de primer nivel, sin llegar a robarles protagonismo. Ese es otro factor que destaca del conjunto francés.
La primera vez que escuchas a Air; o incluso cuando llevas años escuchándolos en cafés, trenes o aeropuertos, no te cuestionas ni por un segundo sus apariencias. La ropa que llevan puesta (como muchos artistas hacen hoy en día, colaborando con marcas dispuestas a destruir nuestro planeta). Es casi un protocolo, la falta de consciencia. Air no se ve envuelto en ese tipo de escándalos cibernéticos. Su sencillo, Sexy Boy, no solo definió una nueva era erótica en Francia, sino en el mundo entero, dándole al hombre una nueva clase de autonomía, respeto y un método de seducción moderna. Homenajeado por miles y rechazado por pocos. Sexy Boy nació para quedarse. Eso, junto al downtempo presente en varias de sus canciones, explica nuestra obsesión con las tomas en cámara lenta. ¿Será entonces que somos sumisos a la contemplación desde un punto de vista tecnológico/capitalista?, ¿no debería esto ser un atributo del ser humano? ¿Por qué somos propensos a contemplar al ver un comercial en la televisión y no cuando miramos por la ventana? El neocapitalismo nos ha quitado incluso la gracia de contemplar un viaje en autobús, ya que las calles y avenidas están repletas de panorámicos.
Contemplamos mensajes incorrectos, que nos impulsan a adquirir objetos incorrectos, por motivos incorrectos. Aristóteles decía que una vida merece contemplación, de lo contrario se llegaría a una felicidad secundaria. Por ese motivo, All I Need es la obra maestra del dúo francés. El concepto de la canción viene años atrás de Moon Safari. Air lanzó un EP llamado Premiers Symptomes (grabado entre 1995-1997). En ese EP aparece la canción Les Professionnels, y casi al final se manifiesta la idea para All I Need: un teclado y una guitarra, nada más. Escuchar y vincular dos canciones con un mismo sonido es algo que considero invaluable; inclusive mágico.
Es como detectar uno, o varios samples, en una sola canción. Considero que esta es una de las grandes lecciones de la música, debemos confiar en las ideas no solo cuando la semilla ha sido plantada, o cuando el árbol ha crecido, sino cuando nos damos la oportunidad de ser un bosque. ¿Ven lo importante que son las ideas? ¿Creer en ellas, sostenerlas? Un año fue suficiente para que (la idea de) All I Need nos dejara atónitos. No puedo imaginarme la lista de ideas, de un sinfín de artistas, que se perdieron a falta de tolerancia. La música del álbum ha ganado popularidad en exposiciones de arte, comerciales televisivos y reels donde se hace promoción de marcas y productos. La ejecución de Talisman es de otro mundo, una melodía que se apoya en el groove del bajo y el dramatismo de cuerdas en crescendo, dando una lujosa perspectiva de lo que un ser humano es capaz de hacer con un piano Fender Rhoads. Ahora que se acerca el treinta aniversario del álbum, redescubran a Air. Su traducción al español es Aire: elemento universal. Y si el aire es viento, tarde o temprano cantará.