Una de las asociaciones más insólitas a la vez que afortunadas que ha dado la cosecha musical del año que corre, es la que logran el chileno Cristóbal Avendaño y la española Silvia Moreno, quienes han logrado sorprender a más de uno alrededor del mundo con este tan críptico álbum debut que, a pesar de ser autoeditado, de no arrojar mayor información sobre su génesis en el bandcamp del proyecto que raquíticos créditos de música y letra, y de no contar mas que con una reseña escrita en checo y algunos comentarios en foros en toda la internet, ha logrado colarse por mas de dos meses en los primeros cuarenta de Rate Your Music, suficiente motivo para llamar mi atención y escuchar.
En la brevísima descripción que presenta el álbum, dejan ver que la grabación fue llevada a cabo por ellos mismos y con mínimos recursos, pero lo mas sorprendente es descubrir el origen de sus integrantes, pues el guitarrista Cristobal Avendaño resulta ser miembro de la banda de metal alternativo de Valparaíso Emexis, mientras que Silvia Moreno proviene del trio synthpop madrileño Tyrell, así que ni en estilo ni en intención, y aventurándome un poco mas, ni en espíritu, se adivinan tales antecedentes de escuchar, aún superficialmente, este proyecto en común.
Pero, ¿qué es lo que hace tan singular esta propuesta?, básicamente todo el desarrollo del álbum se cimenta en dos elementos, pasajes instrumentales impecablemente ejecutados únicamente utilizando guitarras, que en ocasiones evocan la calma del folk pastoral, a veces ahondan en las complejidades de lo progresivo e incluso llegan a rayar en el rigor académico, el segundo elemento es la voz casi inmutable de Silvia recitando, versos que en clave de poesía lírica, dan narrativa al conjunto de cortes que, salvo el décimo tema, que aunque resulta muy menor en elaboración sirve de contrapunto y respiro, podría ser entendido como una sola obra en que las guitarras, las voces y las grabaciones de campo configuran una bellísima totalidad.