Hannah Frances es una joven cantautora que desde 2017 ha ido publicando discos de manera independiente de una manera bastante constante, pues en siete años ha grabado y editado tres álbumes y cuatro eps, siendo esta la primer vez que trabaja con una discográfica, la también novel firma neoyorquina Ruination, y parece ser que la mancuerna no podría ser mas afortunada, pues sin duda la artista nunca había alcanzado tanta exposición acompañada de una fortuna crítica sumamente positiva, al tiempo que el álbum es por mucho la producción mas célebre dentro del catálogo de la compañía, así que de alguna manera ambos se han puesto el uno al otro en el mapa.
Aunque la obra de Hannah siempre ha alcanzado un nivel de complejidad bastante alto, Keeper Of The Shepherd resulta sin duda su álbum mas ambicioso, grabado por completo en los estudios Science as Magic en Arlington Vermont, y con un trabajo de producción que compartió con el multiinstrumentista Kevin Copeland, líder de la banda de New York The Big Net, quien además de estar tras las consolas aportó al álbum percusiones, bajos, pianos y pedal Steel, mientras que la colaboración de otros músicos como Alex Ellsworth en el cello, Hunter Diamond en las maderas y mas percusiones por parte de Matt Smalligan y Richie Straub acompletan un trabajo instrumental espléndido.
Es claro que estamos ante un álbum que es en todo sentido notable, las composiciones tienen un desarrollo amplísimo, los arreglos hacen resplandecer cada tema y los pasajes instrumentales son extraordinarios, acercándose por momentos al avant folk o al jazz, pero sin perder en ningún momento la dirección de la canción, área en la que se pueden detectar muy claramente la influencia que artistas como Joni Mitchell o Linda Perhacs ejercen sobre Hannah, sin embargo teniendo su base en Chicago, también es clara la repercusión de artistas como Jim O’Rourke o Sam Prekop en su cosmogonía musical, lo cual da un resultado mas que fascinante.