Proveniente Brooklyn Nueva York, Cameron Winter lleva ya unos cuantos años haciendo carrera al frente de la banda Geese, formada en 2016, con tres discos editados y cuya última placa 3D Country alcanzó notoriedad en una gran cantidad de listas de fin de año gracias a su despreocupada propuesta que combina indie rock y art punk con rock sureño, americana y alt country, por lo que sorprende bastante que en un momento tan bueno dentro de la trayectoria del grupo, baje la velocidad para confeccionar un debut solista editado en las últimas semanas del 2014, pues aunque ya cuenta con los medios e infraestructura, para nada resulta un autor consolidado.

Editado a través de Partisan Records, discográfica con que publicó los dos últimos álbumes de Geese, y en cuyo catálogo figuran firmas como Cigarrettes After Sex o Idles, el álbum fue grabado según presume el propio Winter con músicos que contactó en la plataforma de empleo Craiglist, aunque en la lista de colaboradores figuran celebridades como el trompetista James Richardson partícipe de múltiples álbumes de MGMT, o el saxofonista Peter Hess, frecuente colaborador de The Holdsteady, y junto con el autor coproduce Loren Humprey quien ha trabajado como músico, ingeniero y productor con proyectos como Tame Impala, Arctic Monkeys o Lana Del Rey, por lo que es claro que el álbum no es ningún producto descuidado.
Desde el primer corte ya es claro que su propuesta como cantautor es bastante singular, dueño de una voz grave y peculiar, presenta pausados cortes de alta carga melancólica, con instrumentaciones copiosas, pianos, guitarras, banjos, cuerdas, alientos, percusiones, arpas, órganos y cuanto elemento sonoro le permita acompañar su destartalado folk, a veces mas alt-country a la Wilco en sus inicios, a veces mas Americana a lo Whiskeytown, algunos toques de elegante Blue Eyed Soul, siempre contemplativo y de alguna manera afectado, sea por las disonancias instrumentales, por la en ocasiones quebradiza manera de cantar o por la rara atmósfera que consigue en conjunto.